Talleres de Desarrollo Personal y Organizacional
15 años de experiencia,
Servicio prestado a nivel de todo el Ecuador,
Para cualquier tipo de empresas y nivel jerárquico,
Talleres abiertos e in-house
Inicio de operaciones 2017, consúltanos
15 años de experiencia,
Servicio prestado a nivel de todo el Ecuador,
Para cualquier tipo de empresas y nivel jerárquico,
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Inicio de operaciones 2017, consúltanos
El servicio al cliente es el resultado final de los esfuerzos de todas las áreas de una organización.
La falta de una cultura de servicio interno daña gravemente el entusiasmo de los colaboradores.
Tomado de: Clientemania, Ken Blanchard, JimBallard y Fred Finch, grupo editorial Norma, 2005.
El Equipo “Decídete”: Desarrollamos talleres de desarrollo humano y empresarial. Contáctanos
El trabajo no lo realizan robots, sino personas, cada una de las cuales, debajo de la capa de barniz que nos da el título, el rango y la posición, comparte el mismo deseo fundamental de encontrar un sentido y un propósito para que su vida constituya una valiosa contribución al mundo.
En el día a día nos podemos estar olvidando del sentido de nuestro trabajo, convirtiéndolo en una carrera por llegar primero, sin saber a ciencia cierta: ¿A dónde?, o ¿Para qué?
Te has preguntado, ¿Cuál es el sentido del trabajo en tu crecimiento?, ¿Será dinero, prestigio, poder, acumular cosas materiales, o algo más?
Tomado de: Lewis Richmond, El trabajo como práctica espiritual
Resumido por la Dra. Elizabeth Guerra.
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Satisfacción laboral es tener un empleo en el que todo sale estupendamente y escalamos sin dificultad hasta lo más alto. O también es, un empleo en el que podemos crecer, desarrollarnos y madurar como seres humanos, independientemente de lo que ocurra.
Tomado de: Lewis Richmond, El trabajo como práctica espiritual
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«La rutina», dice el diccionario, es una costumbre irreflexiva. Lo que genera problemas no es la costumbre ni el hacer cosas repetidamente, sino el no reflexionar acerca de ellas.
Cuando no estamos presentes nada nos puede conmover y aparece la sensación de frustración que produce la rutina.
Absorbidos por los “temas importantes”, nos vamos ausentando de la vida, perdiendo contacto con lo que realmente hay aquí y ahora.
Entonces, nuestra presencia se vuelve fantasmal. Sentimos que la “vida está en otra parte” y el presente se convierte en un peldaño o a veces en un obstáculo para llegar a esa “otra parte” a la que nunca llegamos.
Recuperar nuestra presencia incondicional en todo momento no es un trabajo fácil con tantas cosas que nos sacan de nuestro centro, pero ¿Cómo podemos disfrutar de lo que vivimos sino estamos aquí?, ¿Cómo podemos apasionarnos por algo o por alguien cuando estamos con la cabeza en otro lado?
La pérdida de la pasión conduce a la rutina. Jamás sentiríamos rutinario o aburrido algo que nos apasiona. Combatir la rutina es como combatir la oscuridad, no tiene sentido, sólo hace falta que aparezca la luz y la oscuridad se va sola.
La pasión es la luz y es una capacidad que se cultiva. Está dentro de nosotros, tiene que ver con estar abiertos a lo que la vida nos ofrece en cada momento del presente.
La pasión no necesariamente tiene que ver con un estado de felicidad, sino con un estado de plenitud, de plena presencia, que deriva de la capacidad de apreciar y conmoverse con cada acontecimiento de la vida, no importa lo grande o pequeño que sea, o si es de goce o de tristeza.
La vida no siempre es un lecho de rosas, es por eso que es importante entrenar nuestras capacidades, para disfrutar con lo que hay en cada momento y amar lo que cada momento es, en lugar de lo que debería ser.
¿Qué estás haciendo ahora para conservar o perder tu pasión y no caer en rutina?
Tomado de: Silvia Salinas, Psicóloga y terapeuta gestáltica.
Resumido por la Dra. Elizabeth Guerra.
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La rutina dice el diccionario, es una costumbre irreflexiva. El problema no es la costumbre, no es hacer cosas repetidamente sino la imposibilidad de reflexionar.
Si no estamos presentes nada nos puede conmover y aparecerá la sensación de frustración y de rutina. Absorbidos por los “temas importantes”, nos vamos ausentando de la vida, perdemos contacto con lo que hay aquí y ahora; entonces nuestra presencia se vuelve fantasmal. Sentimos que la “vida está en otra parte”, y el presente se convierte en un peldaño o a veces en un obstáculo para llegar a esa “otra parte” a la que nunca llegamos.
Recuperar nuestra presencia incondicional en todo momento no es un trabajo fácil con tantas cosas que nos sacan de nuestro centro, pero ¿Cómo podemos disfrutar de lo que vivimos sino estamos aquí? ¿Cómo podemos apasionarnos por algo o por alguien cuando estamos con la cabeza en otro lado?
La pérdida de la pasión conduce a la rutina. Jamás sentiríamos rutinario o aburrido algo que nos apasiona. Combatir la rutina es como combatir la oscuridad, no tiene sentido, sólo hace falta que aparezca la luz y la oscuridad se va sola. La pasión es la luz y es una capacidad que se cultiva, está dentro de nosotros, tiene que ver con estar abiertos a lo que la vida nos ofrece en el presente.
La pasión no necesariamente tiene que ver con un estado de felicidad, esta tiene que ver con un estado de plenitud, de plena presencia, deriva de la capacidad de apreciar y conmoverse con cada acontecimiento de la vida, no importa lo grande o pequeño que sea, o si es de goce o de tristeza.
Y es que la vida no siempre es un lecho de rosas, en consecuencia, necesitamos entrenar nuestra capacidad de disfrutar con lo que hay y de amar lo que es.
Tomado de: Silvia Salinas, Psicóloga y terapeuta gestáltica.
Hay quienes conviven en su vida con una persona por miedo a la soledad, convencidos de que una relación llena ese y otro tipo de vacíos. Sin embargo, hay personas que conviven en pareja y con el tiempo manifiestan no haber sentido nunca antes una soledad tan profunda. ¿A qué crees que se debe?, ¿Te ha pasado?. Coméntalo en nuestro blog.
Resumido por la Dra. Elizabeth Guerra.
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¿Nos hemos hecho esta pregunta?, ¿Cómo estamos manejando nuestras relaciones: pareja, padres, hijos, amigos?
¿Sólo la presencia de otro ser humano nos llena?, ¿Y cuando no está, y cuando se ausenta?
¿Sólo podemos ser felices junto a otro ser humano, no existe otra posibilidad?
¿La línea que divide al amor de la dependencia es gruesa o estrecha?
Solemos caer en la tentación de culpar a la pareja de nuestro aburrimiento, pero se trata de una alarma que indica la necesidad de revisar nuestra propia vida.
Los problemas de pareja son problemas personales que se expresan en la relación. Ante el aburrimiento, la respuesta inmediata es: “tú me aburres, ya no eres la misma persona”.
Sin embargo, para no confundirnos, lo primero que deberíamos hacer es observar qué sucede con nosotros mismos, con la manera en que estamos construyendo nuestra vida, y comprobar si no somos nosotros mismos los artífices de nuestro aburrimiento y de nuestro agobio.
Puedo quedarme llorando y quejándome, puedo buscar otra pareja o usar el conflicto para encontrar una salida creativa, para ver qué puedo aclarar de mí mismo, darme cuenta en qué punto estoy bloqueado.
Puedo preguntarme: ¿Qué otra cosa podría hacer yo para generarme algo que me guste más, y que me haga sentir satisfecho?
¿Te ha pasado esto?…. Coméntanos. ¿Cuál ha sido tu experiencia y el aprendizaje?. Siempre es más fácil culpar al otro, pero en realidad, ¿El otro tiene verdaderamente la responsabilidad de influir sobre tu vida, o eres tu mismo quien lo está permanentemente haciendo?
Resumido por la Dra. Elizabeth Guerra.
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