«El amor exige brazos abiertos. Con los brazos abiertos uno deja que el amor venga y se vaya a voluntad, libremente, pues de todos modos así lo hará.
Si uno cierra sus brazos para retener al amor, hallará que sólo se retiene a sí mismo.«.
Tomado de: Leo Buscaglia
Muchas veces nuestras creencias o miedos condicionan nuestra actitud frente a una relación de pareja, en la cual terminamos creando cadenas que nos ahogan y no nos dejan vivir, en vez de crear vínculos que nos permitan ser nosotros mismos y querer a ese ser humano en libertad.