Se ha vuelto muy común que con frecuencia el trabajo interrumpa el almuerzo familiar, un paseo o la intimidad de los colaboradores. No se respeta el derecho a la desconexión laboral.
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Revisar impulsivamente el correo del trabajo un día domingo, atender la llamada de un cliente cuando ya ha terminado la jornada laboral, llevarse a casa esa sensación de desasosiego y estrés de la oficina, son situaciones cada vez más habituales y pueden generar un aumento exponencial del estrés laboral de los colaboradores, generando graves problemas de salud.
Lo cierto es que hay mensajes que llegan cuando está descansando, haciendo ejercicios en el gimnasio, en medio de una cita médica, cuando se encuentra lejos o fuera de la ciudad, alimentándose, haciendo compras, midiéndose ropa que desea adquirir, mientras observa una película en el cine, justo durante su tiempo libre, el que no lo disfruta, porque en realidad no lo tiene. Sus días se reducen a ir del trabajo a la casa, en casa sigue conectado, siempre pendiente de recibir una nueva solicitud.
Los colaboradores consultados dicen dejar la oficina físicamente, pero no despegarse del trabajo. Permanecen conectados a los sistemas electrónicos y pasan más tiempo enchufados, preocupados de su jefe o hablando con él, en lugar de sus familias.
Los expertos señalan que cada día este tipo de relaciones produce fatiga crónica, haciendo que nos sintamos vigilados todo el tiempo, ahogados, perseguidos y esclavos de programas de mensajería o correo electrónico.
Estos antecedentes son la base del derecho a la desconexión.
El derecho a la desconexión se refiere al derecho que tienen los colaboradores de no atender asuntos relacionados con el ámbito laboral durante el tiempo de ocio o descanso.
Ya sea por imposición de los jefes o por convicción del propio colaborador, el no respetar el espacio no laboral constituye una práctica nociva que imposibilita disfrutar por completo del tiempo libre. Por ello muchos países han tomado cartas en el asunto y han comenzado a desarrollar normativas relacionadas con el derecho a la desconexión.
En Francia, por ejemplo, el 1 enero de 2017 se inscribió el derecho a la desconexión en el código laboral. Si bien no dieron una definición concreta del derecho a la desconexión, acordaron que los convenios colectivos contarán con un aspecto que limite las llamadas y los correos electrónicos. Dicho país Galo no es el único, empresas en Alemania como Volkswagen ya han tomado iniciativas similares.
Consecuencias del irrespeto al derecho de desconexión laboral:
- Depresión y ansiedad.
- Problemas para conciliar el sueño.
- Altos niveles estrés.
- Descuido de actividades que verdaderamente nos gustan y nos pueden relajar.
- No disfrutar suficientemente con los seres queridos.
- Sentimientos constantes de insatisfacción: Por no rendir lo suficiente tareas laborales, o por no satisfacer las necesidades de los seres queridos.
Si tienes a tu cargo un equipo, recuerda que, si los colaboradores no pueden disfrutar de su tiempo libre, el estrés y la ansiedad pueden apoderarse de ellos, algo que aumenta la posibilidad de sufrir el síndrome Burnout o del trabajador quemado (se considera un riesgo psicosocial), haciendo que su productividad se vea seriamente afectada.
¿Cuál es su opinión respecto al derecho a la desconexión laboral?
¿En su vida existen límites y respeto entre su espacio personal y laboral?
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