La sombra es aquella parte de nosotros y de nuestra realidad que no queremos reconocer ni aceptar. Las decisiones basadas en rechazar algo para no volver a sufrir, las que nos llevan a bloquear experiencias ante el temor de equivocarnos nuevamente.
En la sombra anida mucho dolor y frustración por experiencias no resueltas en el pasado, pero a la vez se encierra un enorme potencial de crecimiento. Nuestra sombra es como un baúl lleno de tesoros del que no podremos adueñarnos hasta que nos atrevamos a rescatarlo del fondo donde está sumergido.
Mientras siga en la oscuridad, la sombra no tiene otra forma de manifestarse que proyectándose sobre otras personas o situaciones. La persona ve “malo” en los demás lo que no reconoce de sí mismo.
Aunque afrontar la sombra resulta difícil, es en ella donde están los elementos que necesitamos para vivir de una forma más espontánea, plena y creativa. Si entendemos que los defectos que nos molestan de los demás son también los nuestros y tratamos de enmendarlos, estaremos abriendo el baúl de los tesoros. Si reaccionamos contra los demás y persistimos en el error de no reconocernos en ello, seguiremos viviendo en los extremos.
Pero la sombra también se manifiesta en positivo. La persona que admira una cualidad en alguien está reconociendo en otro aspectos de ella misma que puede desarrollar, que tuvo y perdió por alguna circunstancia.
Cuando nos adueñamos de la sombra y comprendemos que lo externo forma parte de nosotros, también somos capaces de responsabilizarnos de nuestra vida. Entonces podremos acceder a una forma de vida más creativa, consciente y libre.
COMÉNTANOS, ¿CONOCES CUÁL ES TU SOMBRA?
Tomado de: Beatriz del Castillo, Experta en simbología, creadora del método terapéutico de Auto transformación y resumido por la Dra. Elizabeth Guerra.
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